Durante la semana sucedieron una serie de incidentes protagonizados por grupos civiles y fuerzas políticas, actos que denotan crecimiento en conflictos en torno a las elecciones del 18 de octubre. En algunos lugares del país han existido amagos de confrontación, en otros, grupos que atacaron las tiendas partidarias, como ejemplo las de Comunidad Ciudadana y del MAS - IPSP, ahora las campañas electorales se trasladaron a las calles, donde todos los días se movilizan candidatas o candidatos con sus adherentes por sus barrios y zonas. Estos incidentes o actos no debemos naturalizar bajo el manto o denominativo de la Democracia, es importante considerar y reflexionar lo ocurrido durante el proceso poselectoral del 2019 que reflejaría una polarización de ideologías políticas y que aún no hay una verdadera pacificación del país.

Hasta la fecha, estos hechos no configuran un escenario de alta conflictividad. Sin embargo existen algunas señales preocupantes, como por ejemplo; i.- grupos civiles movilizados en la ciudad de Sucre que ocasionan destrozos y ponen en riesgo al personal de la Fiscalía General y que aparentemente es con la permisibilidad de la Policía Boliviana; ii.- Declaraciones de altos funcionarios de Gobierno, que sostiene que se han comprado “más amas para defender la democracia, al precio que sea”; iii.- Agresión al presidente del Tribunal Supremo Electoral.